viernes, 20 de agosto de 2010

EL APORTE DE LA MINERIA




A diferencia de lo que creen o sostienen algunos, las minas en el Perú sí pagan impuestos. De hecho, la minería es la actividad económica que más contribuye al impuesto a la renta. Es más, la mitad del impuesto a la renta que pagan las minas corresponde al canon minero. Adicionalmente, éstas pagan regalías y contribuciones voluntarias. A nivel nacional, la participación de la minería en los “impuestos directos” (renta y regalías). A nivel internacional, el ranking que hace el Instituto Fraser entre los principales países o regiones mineras del mundo sugiere que en el Perú la tributación a la minería se encuentra en un rango intermedio (es decir, ni resta ni aumenta mucho a nuestra competitividad).
Otro tema sobre el cual con frecuencia hay confusión es que las minas que tienen Convenios de Estabilidad Jurídica vigentes sí pagan impuestos. Los convenios solamente mantienen estables las condiciones tributarias existentes cuando se suscribieron. Considerando la declaración que estamos comentando, no es obvio que nos convenga prescindir de estos convenios. Ofrecer condiciones estables a inversionistas sin los convenios es prácticamente imposible con la debilidad institucional que tenemos.
¿Qué políticas públicas son necesarias respecto del sector minero? Tres, esencialmente. Primero, mejorar la eficiencia del gasto público financiado con recursos aportados por las minas -u otras actividades económicas-. La reforma de Presupuesto por Resultados (PpR) ayudará, pero aún no incluye en su ámbito de acción el gasto financiado por actividades mineras. Lamentablemente, los políticos, la prensa y algunos observadores seguimos monitoreando el porcentaje ejecutado del presupuesto asignado como un indicador de eficacia, que ni siquiera es en realidad. Deberíamos exigirle al sector público que concurse evaluaciones, especialmente de impacto, entre instituciones acreditadas e independientes. Eso nos daría información real sobre eficiencia del gasto.
Comunicar que la minería no aporta al desarrollo no es correcto. La minería aporta y mucho. Lamentablemente, nuestras deficiencias institucionales y pobre calidad de la administración pública hacen que no podamos volcar ese aporte a un apoyo al desarrollo. Ahí es que tenemos que apuntar nuestras baterías. No a sacarle más recursos a una minería que ya está contribuyendo.

Fuente: Diario Noticias Arequipa 20 agosto 2010, Instituto Peruano de Economia